La nueva fachada que da cara al Museu del Barroc en Manresa
La intervención del equipo del arquitecto David Closes en el antiguo Colegio de San Ignacio en Manresa va más allá de la mera renovación arquitectónica: es un acto de reinterpretación y reinvención que busca honrar el pasado mientras mira hacia el futuro. Es un testimonio del poder transformador del diseño arquitectónico cuando se combina con una profunda comprensión del contexto histórico y cultural.
Superfície 2.660 m2
Año 2023
Autor del proyecto
David Closes i Núñez
Colaboradores
David Jiménez (ingeniero de obras), Toni Vila (ingeniero industrial), Bernuz-Fernàndez arquitectes (consultores de estructuras), Best Costales-Jaen (consultores de estructuras), Ramon Nieto (arquitecto), Sònia Cantacorps (arquitecta), Pere Foradada (ingeniero de obras), María Vilaseca (dibujante), Anna Vilaplana (dibujante)
Fotos
José Hevia y Adrià Goula
En el corazón de Manresa —una ciudad a menos de 40 kms. de Barcelona—, una serie de coincidencias sorprendentes marcaron el camino hacia la transformación del antiguo Colegio de San Ignacio. Esta intervención arquitectónica, realizada por el equipo del arquitecto David Closes entre 2015 y 2023, se convirtió en un ejercicio de redescubrimiento y reinvención de un patrimonio arquitectónico con una historia rica y compleja. El proyecto se inició como un desafío de revitalizar un antiguo colegio jesuita, que ya no contaba con su iglesia barroca, que debía dejar intactas las alas del edificio que rodeaban el claustro.
La intervención de 2.660 m2 se centró en la creación de nuevos accesos al edificio, una tarea que trascendió la mera función de una fachada. Los nuevos volúmenes, cuidadosamente diseñados frente al tabique antiguo de la iglesia, no solo sirven como entrada principal al museo, sino que también ofrecen una vista extensa de las huellas remanentes de la antigua iglesia. Así, la nueva arquitectura penetra en la antigua para crear una clara conexión sutil pero significativa del presente con el pasado.
Más allá de la funcionalidad, el proyecto busca reinterpretar tanto el edificio como su entorno urbano. Los nuevos accesos fueron concebidos como un recorrido experiencial que permite al visitante apreciar tanto los elementos arquitectónicos clave del colegio jesuita como las vistas panorámicas de la ciudad y su entorno natural. Desde el claustro hasta las bóvedas de cañón y las vistas de la basílica gótica de La Seu, cada paso en el camino de los nuevos accesos está diseñado para evocar una sensación de conexión con el patrimonio histórico y cultural de Manresa. Con esta misma idea, los materiales, la iluminación artificial y los colores escogidos por el equipo de Closes contrastan de manera respetuosa con el legado arquitectónico del antiguo colegio.
El proyecto busca preservar el legado del antiguo Colegio de San Ignacio, además de revitalizarlo y otorgarle una nueva relevancia en el tejido urbano de la ciudad. A través de una cuidadosa integración de la historia y la modernidad, esta intervención arquitectónica restaura el edificio y reafirma su lugar en el corazón de la comunidad.