Residencia de estudiantes de JPAM y AVA Studio en el 22@

Los dos estudios de arquitectura barceloneses JPAM y AVA Studio han diseñado un edificio austero, casi severo, caracterizado por una fachada con particiones regulares, huecos idénticos, variaciones mínimas y un material decididamente predominante, el ladrillo negro. Ellos mismos lo denominan "El Manchesteriano", en homenaje al pasado industrial de esta zona de la ciudad conocida como la Manchester catalana. El edificio se compone de un volumen compacto de 6 plantas a lo largo de Sancho de Àvila que se convierten en 13 en el chaflán con Meridiana, configurando una torre de imponente presencia que un bisel vertical en el medio contribuye a hacer más esbelta.

Vita 22@ - el nombre deriva del promotor del complejo, la empresa Vita - sólo revela su complejidad tras una segunda mirada, cuando la vista, superado el robusto plano de la fachada, consigue sorprendentemente penetrar en el interior, hasta el patio verde, tras atravesar espacios articulados de forma diferente y animados por la vida de la joven población universitaria que vive en la residencia. La percepción de la actividad de los usuarios con respecto a la calle, la permeabilidad visual de la planta baja, la vitalidad (entendida como presencia de vida humana, y no vegetal) de la fachada distinguen este conjunto de los innumerables edificios de nueva construcción que están transformando Poblenou, caracterizados por una relación estéril con el espacio público, cerrados en sus fachadas herméticas incluso cuando están abundantemente acristaladas pero selladas y luego tamizadas por tramas de parasoles de configuración variada.

En la planta baja, a lo largo de Sancho de Ávila, un extenso pórtico al que se abren grandes ventanales gestiona la relación entre la calle y los espacios públicos interiores destinados tanto a usos académicos (salones para actos y eventos, espacios de estudio) como a usos más cotidianos (espacios recreativos, cafetería, zonas de estar, lavandería). En el chaflán Meridiana-Sancho de Ávila, el pórtico está en voladizo, liberándolo de la secuencia de pilares del plano de fachada, y una gran marquesina roja marca la entrada principal a la residencia. En las plantas superiores, la fachada está dividida por las nervaduras horizontales y verticales que corresponden al retículo estructural regular y enmarcan el hueco estándar de 130x242 cm que se repite en toda la fachada. El característico balcón "Juliette", típico de los edificios históricos del Eixample, favorece la observación de los transeúntes y de la actividad de la calle.

El edificio aloja 350 habitaciones de estudiantes en 12.000 m2 de superficie total. La variedad tipológica de las habitaciones (un total de siete tipos, todos ellos con cocina, baño y zona de estudio) es posible gracias al diferente tratamiento de las unidades presentes en el cuerpo alto, en el cuerpo bajo, en los puntos de esquina y a la diferenciación entre las distintas fachadas, la que da a la calle y la que da al interior.

Desde el punto de vista de la sostenibilidad, el edificio se centra principalmente en la reducción de los costes de materiales y en la creación de un edificio duradero, junto con otras estrategias - tal como la reducción del consumo de energía, la optimización de los recursos hídricos y la movilidad sostenible - que le han llevado a obtener una certificación BREEAM y una clase energética A con un consumo de 84 kWh/año. La climatización mediante el sistema de calefacción/refrigeración Districlima del distrito 22@, combinada con la producción de energía mediante el uso de paneles fotovoltaicos en el tejado, reduce la producción y las emisiones de CO2 del edificio a 14 kgCO2/m2.