Alejandro Echeverri y urbam: urbanismo social de Colombia al mundo

Ana María Álvarez
28. diciembre 2023
Equipo de urbam, universidad EAFIT. Cortesía: urbam

Alejandro Echeverri empezó a conocerse en Colombia durante la alcaldía de Sergio Fajardo en Medellín, del 2004 al 2007, cuando fue el máximo responsable de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) y director de proyectos urbanos de la ciudad. Alejandro encabezó la implementación de una estrategia de urbanismo social, con el objetivo principal de transformar y mejorar los barrios más afectados por problemas de inequidad y violencia. Gracias a estas iniciativas, Medellín se ha posicionado como un modelo a seguir para otras ciudades en situaciones extremas alrededor del mundo. Es cofundador y, desde hace poco, exdirector de urbam, el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales de la Universidad de EAFIT en Medellín. Desde este centro, un Living Lab en palabras de Alejandro, desarrollan programas y proyectos centrados en el urbanismo y el medio ambiente en diversas poblaciones de Latinoamérica.

Nos llamó la atención una clara declaración de intenciones: conectar la academia con el mundo real. Así que pedimos a Alejandro que nos sumergiera en este universo de urbanismo colaborativo y social. 

¿Qué es urbam?
urbam nace de la necesidad que identificamos al participar en el gobierno de Medellín, de encontrar interlocutores y agencias o laboratorios en la ciudad que pudieran estar explorando y, de alguna manera, integrando una concepción más completa en temas ambientales, sociales, y de arquitectura y urbanismo. Con varios colegas con la misma idea, empezamos a buscar cuál podría ser el espacio y cuáles los aliados que pudieran ser o convertirse en un puente de conexión entre la academia, el sector privado, el sector público y los territorios y las comunidades. El rector de la universidad EAFIT de ese momento, Juan Luis Mejía, nos ofreció ese espacio porque tenía la idea de crear un centro de estudios de ciudad. Juntamos las dos ideas y en el 2009 nace urbam, una idea centrada en el urbanismo, el medio ambiente y los procesos sociales. Publicamos un primer libro, Medio Ambiente, Urbanismo y Sociedad en Medellín, que se constituyó en un statement fundacional de lo que queríamos: reunir la capacidad técnica que ya veníamos trabajando, con el reto de justicia ambiental y de justicia espacial. 

urbam se referencia en los Living Lab, ya que más que un centro es un laboratorio que aprovecha la capacidad de investigación de la universidad para incidir en los problemas reales del territorio y de gestión pública.

¿Cómo unen estos mundos?
Es complicado. Desde que participaba en la alcaldía, he tratado de generar un puente entre nuestra capacidad como arquitectos, diseñadores de edificios, de infraestructura social, de espacios públicos y como diseñadores urbanos, con otras áreas del conocimiento, que en ese momento se enfocaban en temas sociales y de participación comunitaria.Y urbam nace como esa intersección, que no es fácil, como ese punto de fricción constructiva entre áreas del conocimiento que son absolutamente necesarias, para que trabajen de forma colaborativa y dejen de hacerlo como silos independientes.

Los problemas reales, sobre todo en situaciones críticas, emergentes y muy precarias, como en Latinoamérica y en muchas realidades del sur global, combinan un tema de gestión de riesgo desde el punto de vista ambiental (del suelo, de estabilidad del terreno) con temas de hábitat y de vivienda, con problemáticas humanas y con temas de accesibilidad y transporte. En realidad así suceden las cosas en el mundo, pero en condiciones extremas y de urgencia en las ciudades latinoamericanas. Así que urbam pretende, desde su origen, crear procesos colaborativos, de diferentes escalas, y con el ambiente construido como un elemento central de esos procesos. 

Rehabitar la ladera | Rehabitar la montaña. Investigación y proyecto en colaboración con Christian Werthmann y su equipo. Cortesía: urbam
Rehabitar la ladera. Cortesía: urbam

¿Cuál sería el por qué de urbam?
Nos interesa el impacto. Nos interesa que nuestros procesos tengan incidencia real en la transformación en el territorio, ya sea física, en procesos, en alianzas, etcétera. Y no es que nos hubiéramos metido forzosamente, sino que la realidad es así. Por ejemplo, cualquier proyecto de infraestructuras de gran tamaño, como en los sistemas de transporte, se debe llegar a la escala pequeña, a solucionar los frentes de las casas de las personas, las escaleras, los árboles, las aceras: esa accesibilidad inmediata que es tan importante como la accesibilidad a un sistema de transporte público grande.

Vimos la necesidad de generar una capacidad más completa de trabajo y colaboración entre diversas disciplinas y profesiones, para construir un proceso más que un proyecto, que verdaderamente transforme la vida en las ciudades y en el hábitat. Se trata de procesos continuos de mejoramiento, procesos abiertos que no destacan autores sino conectados con la historia de las personas de esos lugares.

¿Qué programas y procesos podrías resaltar?
Como decía, consideramos que hacemos consultoría de impacto, con trabajos para gobiernos, instituciones multilaterales en Latinoamérica, sobre todo, que requieren de una capacidad más integral, inclusive también desde el punto de vista pedagógico y de formación.

Nuestro proyecto fundacional, que concluimos hacia el año 2013, fue el plan BIO 2030: la visión estratégica para el área metropolitana del Valle de Aburrá (Medellín y los 10 municipios vecinos). Desarrollamos un plan que pudiera definir, desde una visión integral, una estrategia que incorporara los sistemas ambientales, los sistemas de espacio público, los sistemas de movilidad y los centros de actividad y hábitat dentro de una misión integral a escala metropolitana. Desde este plan se definieron estrategias como los proyectos y las acciones sobre el sistema del río Medellín, que cruza la región de sur a norte y que ha definido la historia urbana de la ciudad. Se desarrollaron propuestas sobre las laderas y las ocupaciones informales de toda el área metropolitana, y hasta la actualidad se buscan recursos de instituciones internacionales para desarrollar una serie de proyectos piloto que permitan, de alguna manera, elaborar algún tipo de manual de ocupación sostenible de los bordes del río en una realidad tan compleja como la de Medellín.

Hemos realizado varios trabajos para el Banco Mundial, por ejemplo, como el sistema de cable en el municipio de San Miguelito que está planeando el metro de Panamá. Se trata de un territorio de origen informal en el que habitan unas 500 mil personas. Desarrollamos una estrategia para el futuro metro-cable que combinará nuevos sistemas de espacio público con una gestión de los sistemas ambientales. En Panamá también estamos trabajando en el plan de mejoramiento de barrios de La Paz.

Nuestra experiencia en zonas críticas en las ciudades nos ha permitido desarrollar una serie de herramientas y una capacidad de diálogo que hemos llevado a zonas rurales lejanas en Colombia, contextos completamente distintos pero que requieren una sensibilidad y una metodología muy horizontal para construir estrategias territoriales. Acabamos de concluir una visión estratégica y una hoja de ruta para el río Atrato en los departamentos de Chocó y Antioquia, en la frontera con Panamá. Se trata de un sistema natural extraordinario y también un universo de comunidades afro y comunidades indígenas que han estado muy aisladas de la realidad del país, pero también muy presentes por temas de violencia y de minería. Lo que hemos hecho es un trabajo oral mientras recorrimos el río y sus cuencas para definir una hoja de ruta que trata de articular una serie de proyectos y acciones del gobierno pero, sobre todo, iniciativas de emprendimientos de organizaciones locales que normalmente no se tienen en cuenta. Nos interesaba producir una conversación, identificar el territorio y recoger proyectos y planes planteados anteriormente pero sin ejecutar. Esta estrategia debe facilitar las conexiones entre instituciones con recursos y la sociedad.

Desde el origen de urbam, nuestra preocupación, y nuestro reto, es salirnos de lo habitual de los planes de urbanismo y ambiente: que aunque partan de nosotros, creamos una plataforma de participación que involucra a múltiples actores locales. No nos obsesiona hacer planes sino facilitar y orientar hacia acciones y transformaciones reales. 

Por Inform@risk. Proyecto piloto de implementación de Rehabitar la montaña. Coliderado por Christian Werthmann y su equipo. Cortesía: urbam
Rehabitar la ladera. Cortesía: urbam
Por Inform@risk. Cortesía: urbam

¿Quiénes componen urbam?
Actualmente, la directora es Natalia Castaño, arquitecta, que comenzó trabajando en proyectos con la alcaldía de Medellín y, después de especializarse, se integró al equipo de urbam. Desde el origen, también han estado varias personas como Juan Sebastián Bustamante, Juliana Montoya, Juliana Gómez, Angélica Gaviria, Ana María Castaño. Somos un grupo permanente de entre 8 a 10 personas y el equipo completo fluctúa entre 20 y 30 personas.

Además de los proyectos de consultoría, de urbam se desprenden varios programas de formación: la maestría en procesos urbanos y ambientales y una nueva carrera en diseño urbano y gestión del hábitat. Se trata de programas que tienen que ver con el diseño urbano y el diseño del paisaje pero que enfocamos en formar éticamente para que las personas que los realicen alcancen un conocimiento muy claro de la consecuencia de sus acciones y que tengan más herramientas para trabajar. Se trata una formación más seria y científica en temas ambientales para que, precisamente, los puedan incorporar en sus decisiones de diseño. Además, tenemos un curso internacional de urbanismo social. 

Yo sigo en urbam pero la mitad de mi tiempo (hoy) estoy vinculado al Tecnológico de Monterrey, donde estoy liderando iniciativas y proyectos desde el Centro para el futuro de las ciudades y la EAAD. No es lo mismo de urbam, está enfocado en ciencia de datos y en urbanismo y ambiente. Eso es otra historia.

Hoja de ruta del río Atrato. Estrategia para la Gobernación de Antioquia. Cortesía: urbam
Hoja de ruta del río Atrato. Cortesía: urbam
Hoja de ruta del río Atrato. Cortesía: urbam
Hoja de ruta del río Atrato. Cortesía: urbam

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