Baukultur: en España Davos significa un compromiso para construir mejor

Madeline Beach Carey
2. 二月 2020
Calle Plaza de Ramón Bosch i Pagès y Elisabet Capdeferro i Pla (Foto: José Hevia, cortesía de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo)

Al llegar
Al llegar, muchos visitantes quedan impresionados al ver tanta basura en las playas del Mediterráneo, sorprendidos de viajar en trenes que corren tan cerca de la costa española. Los que visitan el país por primera vez se asombran por la desertificación visible desde cualquier avión que vuele sobre el centro del país, un claro recordatorio de la sequía que los promotores no pudieron reconocer cuando construyeron campos de golf en las zonas más secas de Murcia. Hoy en día, muchos arquitectos y responsables políticos expresan remordimiento y consternación por estos legados de la planificación franquista y del boom inmobiliario de principios de los años 2000. De hecho, los arquitectos españoles están liderando un importante esfuerzo multisectorial para construir de manera más sostenible y diseñar pueblos y ciudades más saludables y habitables.

En todo el país los arquitectos españoles están trabajando de manera efectiva con los políticos a nivel municipal, autonómico y nacional para crear mejores políticas con respecto al crecimiento y la construcción sostenibles. En una nación conocida por un gobierno arcaico, rígidamente centralizado, un esfuerzo verdaderamente descentralizado está trabajando para ayudar a construir -  y planificar - mejor. Los arquitectos españoles más destacados de la actualidad son firmemente partidarios de la Unión Europea y están convencidos de que las instituciones internacionales son una herramienta vital para el progreso colectivo. Por lo tanto, no sorprende que en marzo pasado, cuando el gobierno español firmó la Declaración de Davos, los arquitectos españoles apoyaron firmemente el acuerdo y su órgano representativo, el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), aprobó Davos y su firme compromiso con el concepto de Baukultur como objetivo político fundamental.

Calle Plaza de Ramón Bosch i Pagès y Elisabet Capdeferro i Pla (Foto: José Hevia, cortesía de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo)

Política global, tradición local, y una manera bien hermosa de decirlo
Baukultur es un término alemán sin un equivalente exacto en castellano (*). Describe la "cultura de la construcción". El concepto incluye todas y cada una de las actividades humanas que modifican el entorno construido, incluidos todos los inmuebles construidos y diseñados que están integrados y se relacionan con el entorno natural. Baukultur, como compromiso político, exige que las nuevas construcciones y la infraestructura y el espacio público existentes - incluidos, entre otros, los monumentos y el patrimonio cultural - se entiendan como una entidad única. Por lo tanto, Baukultur se refiere tanto a métodos de construcción detallados como a transformaciones y desarrollos a gran escala, abarcando técnicas constructivas tradicionales y locales, así como metodologías innovadoras. El término es parte de una nueva forma de pensar la planificación de una manera que tiene en cuenta tanto el pasado como el presente, la justicia social, la igualdad y una idea más sostenible de progreso, conexión y expansión. Baukultur se dirige e intenta responder a desafíos tan ubicuos como diferentes: desde la (des)igualdad de género en el sector de la ingeniería y arquitectura hasta la calidad de vida de las poblaciones que envejecen y busca soluciones para que el entorno construido pueda garantizar de forma mejor los derechos humanos y la dignidad de las poblaciones emigrantes.

En los últimos dos años, el CSCAE ha prestado especial atención al concepto de Baukultur, ayudando a crear un movimiento social en España. En todo el país, en grandes ciudades y áreas rurales remotas, varias asociaciones de arquitectos han contribuido a explicar este método de construcción y planificación a los ciudadanos. Un diálogo y una participación cívica reales han tenido lugar y eso hace que los proyectos sean mejores y más sostenibles. Una masa crítica ha comenzado a pensar en el desarrollo futuro de acuerdo con las directrices y buenas prácticas marcadas por Davos. Pero los arquitectos no predican ni hacen proselitismo; por el contrario, escuchan a los residentes y a otros profesionales para cambiar su "cultura de la construcción". Más de cien entidades, asociaciones políticas, culturales y profesionales, se han unido a este esfuerzo conjunto. A nivel nacional, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Fomento han firmado acuerdos con el CSCAE y están priorizando proyectos que reflejen el espíritu de la Declaración de Davos y la visión de la Baukultur.

Calle Plaza de Ramón Bosch i Pagès y Elisabet Capdeferro i Pla (Foto: José Hevia, cortesía de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo)

La Baukultur en España, del océano al mar
A pesar del legado de dudosos proyectos de expansión de mediados del siglo XX (durante el franquismo) y el delirio de la construcción de los primeros años del nuevo siglo (tanto en los gobiernos de derecha como de izquierda), España también tiene una larga tradición y cultura de construcción sostenible arraigada en paisajes verdaderamente singulares y en constante diálogo con los habitantes del país. No obstante la manera increíblemente rápida en la que España modernizó sus infraestructuras - gracias en gran parte a una inyección de subsidios de la Unión Europea en la década de 1990 - los planificadores españoles han logrado diseñar espacios públicos y viviendas a escala humana, teniendo en cuenta los estándares europeos pero siendo fieles a tradiciones y estilos domésticos. Existen ejemplos de este Baukultur nativo en todo el país, desde la salvaje costa atlántica de Galicia hasta la isla mediterránea blanqueada por el sol de Ibiza.

Un maravilloso ejemplo de esta forma holística de trabajar es la Calle Plaza de Bosch Capdeferro (en las fotos de arriba), la renovación de una calle en la cima de una colina en Barcelona. El proyecto modifica ligeramente la topografía para proporcionar acceso a la calle a través de una rampa. Las plazas en terrazas a lo largo de la calle preservan y enfatizan el sentido de comunidad del vecindario. Ahora los vecinos pueden caminar con mayor facilidad y disfrutar de un espacio al aire libre que es respirable y accesible, justo encima del centro congestionado de la ciudad. Este proyecto reciente, encargado y promovido por el Ayuntamiento de Barcelona, es un excelente ejemplo de espacio público alejado de las bulliciosas zonas turísticas, rediseñado y mejorado teniendo en cuenta a los residentes locales.

Plaza de Curros Enríquez, Pontevedra, Galicia (Foto: Luis Miguel Bugallo Sánchez, via Wikimedia Commons)

Al otro lado del país, en Galicia, la ciudad de Pontevedra es una referencia mundial en planificación inteligente y amigable para las personas. Desde 1999, los coches están prohibidos en el centro de la ciudad. Los peatones y los ciclistas en lugar de los conductores significan un aire más limpio y calles más tranquilas, así como un centro ciudad revitalizado y más dinámico. Menos emisiones de CO2 y menos accidentes automovilísticos hacen que la ciudad sea más agradable. Este modelo se financia a nivel municipal y ha sido elogiado por la ONU y muchos expertos internacionales.

Una sensación encantadora de Baukultur está floreciendo en Andalucía también. La renovación de Víctor López de un antiguo hospital militar en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura es un logro extraordinario, respetando todas las épocas anteriores de la estructura. Originalmente una casa nazarí que durante siglos y con muchas renovaciones y adiciones llegó a ocupar toda una manzana. López creó un espacio completamente nuevo: un edificio luminoso y funcional que es moderno pero habla de, y con, las vidas pasadas de la ciudad y su estructura.

Hotel abandonado en Cala d'en Serra, Ibiza, diseñdo por Josep Lluis Sert en los '60 y jamás terminado (Foto: stavros1, via Wikimedia Commons)

Inspiración de la isla
Aunque el CSCAE esté trabajando arduamente para priorizar proyectos como los anteriores, la sostenibilidad y la preservación no son nada nuevas. Son esenciales para comprender gran parte de la arquitectura de mediados de siglo en España y la estética mediterránea, lo que tal vez esté mejor ejemplificado por el difunto, gran Josep Lluis Sert.

En la isla de Ibiza, en la década de 1930, mucho antes de los días de fiestas de baile techno y turistas hippies, Sert se encontró por primera vez con una arquitectura hermosa e incontaminada. Reconoció que las construcciones locales – casas de campo e iglesias pequeñas – se armonizaban con el paisaje, humanizándolo, respetando las estaciones y los ritmos diarios de la isla. Utilizó gran parte de lo que vio allí en proyectos en toda Cataluña. Cuando regresó a Ibiza en la década de 1960, se entristeció al ver que muchas de las casas tradicionales habían desaparecido. El turismo ya había comenzado a devastar la isla. Sert temía que se perdieran la sabiduría tradicional, la austeridad y la gracia gentil.

En Ibiza y en toda la costa de España, el turismo y el crecimiento desenfrenado han causado mucho daño. Sert, quizás el arquitecto más internacional de España, sabía que la innovación debía respetar tanto los métodos de construcción tradicionales como el entorno natural. Es una lección en la que los arquitectos y urbanistas deben insistir una y otra vez. En España, el CSCAE está trabajando arduamente para garantizar que la cultura de la construcción del país no pueda consistir en construir más, sino en construir mejor, a nivel local, nacional y global. Esperemos que para 2030, un siglo después de la visita de Sert a Ibiza, los visitantes de España encuentren un entorno construido que sea tan sostenible y hermoso como los paisajes circundantes.

Notas
(*) inglés, en la versión original del artículo

Artículo traducido del original publicado en World-Architects.com

此类别的其他文章