Nube dorada

Acomodar, acompañar, techar un concierto de jazz en la Plaza Mayor de Olot. Construir una atmósfera para una noche fría con los matices y reflejos de una nube dorada. Suspender un radiador luminoso de 35 metros de longitud, a baja altura, construido con cartón alternando vasos de café y bandejas de pastelería. Señalar el centro de la plaza y de la ciudad, con la reverberación del público y una alfombra reflectante de confeti. Domesticar el espacio público con pocos recursos.

Aprovechar el cableado existente en la plaza mayor para suspender la instalación, supone desarrollar un artefacto con una carga máxima de 50 Kg sin renunciar a una buena longitud. El alma de la lámpara es un tubo multicapa de fontanería que se caracteriza por la ligereza, la resistencia y la plasticidad. Las piezas de unión tienen un estrangulamiento que permite fijar los cables de suspensión sin malograr el tubo, puesto que después se reutilizará.

La iluminación proviene de tiras continuas leds cedidas para la ocasión y a partir de las cuales se formaliza la propuesta. El difusor se forma con bandejas de pastelería molduradas con una cara dorada y la otra blanca, alternadas con vasos de papel translúcidos. Este, suaviza la brillantez de los leds y aporta calidez a la temperatura de color. Las diferentes calidades de las dos caras de la bandeja dan vibración a la nube, que sumado a la traza curvilínea, ofrece un aspecto cambiante según el punto de vista.

Esta instalación se desarrolló en el marco de Lluernia, Festival del fuego y la luz, que se celebra en el veranillo de San Martín en Olot.