Biblioteca García Márquez por SUMA Arquitectura

La biblioteca se presenta como un sólido escultórico, esbozado para recrear el típico chaflán de las esquinas de la cuadrícula viaria barcelonesa. Elevado sobre la planta baja retranqueada respecto al límite del solar, el voladizo de las plantas superiores crea una plaza porticada de entrada, envuelta por los imponentes árboles preexistentes. Cuatro grandes aperturas cortan el sistema de revestimiento de fachada, realizado con lamas de resinas de poliuretano y fibra de vidrio, y enmarcan las principales vistas de las que goza el edificio.

La composición arquitectónica se genera a partir del elemento físico del libro que, apilado, abierto, perforado y orientado en diferentes direcciones da forma a la estructura que vertebra la arquitectura de la biblioteca. Esta, la estructura, es la absoluta protagonista del espacio. Paneles de madera CLT, elementos de madera GLT y metálicos conviven en el espacio, lo ordenan y lo llenan con su presencia, combinados en diferentes formas, direcciones, inclinaciones y tamaños. La estructura direcciona la luz natural que ilumina el interior, orienta las miradas, organiza los espacios y el programa funcional. Los arquitectos manejan la tecnología elegida con gran maestría, consiguiendo salir de la básica composición volumétrica por paralelepípedos típica de las arquitecturas con estructura en paneles CLT. Cada detalle, junta, conexión y unión ha sido diseñado a medida, como si el edificio fuese una gran obra de ebanistería.

Siempre que haya sido posible, la madera se ha dejado vista. La mayoría de las instalaciones pasan por el suelo flotante, dejando libres techos y paredes de enseñar las texturas naturales de la madera y añadir un estímulo táctil a la compleja geometría de la arquitectura. Los arquitectos no sólo quisieron usar este material, sino que quisieron también que este fuera manifiesto y evidente, con el propósito de enseñar los beneficios de su utilizo. Estos están evidentemente relacionados con el confort ambiental interno (acústico, higrotérmico, háptico) y con la sostenibilidad medioambiental de la construcción (reducción de los tiempos de construcción, minimización de la energía gris embebida en la estructura, reciclabilidad, …). 

Los espacios están organizados alrededor del patio central triangular donde se encuentra la escalera principal que conecta todas las plantas. Alrededor de este patio se van alternando espacios más amplios y diáfanos para las actividades de impacto acústico menor, tal como la lectura y el estudio, y espacios más cerrados para las actividades acústicamente más exigentes, tal como la sala polivalente, la radio, las zonas infantiles, los laboratorios.

Además de la elección de la madera como material principal para la estructura, los arquitectos han implementado diferentes estrategias de diseño sostenible, que han asegurado al edificio la certificación LEED Gold. El patio central funciona como chimenea solar, una herramienta de bioclimática pasiva que en inverno calienta el aire interior gracias a la radiación solar y, en verano, activa un efecto de refrescamiento por ventilación natural. La canalización de la luz natural a todos los espacios interiores reduce el utilizo de luz artificial a lo largo de las horas de actividad de la biblioteca. Otras estrategias aplicadas incluyen el correcto utilizo de los elementos de control solar externos, una envolvente con baja transmitancia térmica, el aprovechamiento activo de la energía solar con paneles fotovoltaicos, la reutilización del agua de lluvia.