Construir menos para construir mejor: la propuesta de n’undo
¿Qué significa construir desde el "no hacer"? En esta entrevista, n’undo cuenta cómo su enfoque plantea un urbanismo que elimina excesos, prioriza el bienestar colectivo y busca soluciones reales para transformar las ciudades.
Hay personas que deciden dedicar su tiempo y energía a transformar el entorno construido, a cuestionar las reglas establecidas y a plantear alternativas que priorizan el cuidado del planeta y el bienestar colectivo. Es difícil no admirar a quienes, con rigor y pasión, investigan, debaten y aplican sus ideas en proyectos que buscan un cambio real en nuestras ciudades. Este es el caso de n’undo, un colectivo que conocí gracias a una gran amiga que no dejaba de hablarme de sus propuestas. Ella insistía en que si realmente quería entender cómo podríamos hacer un cambio positivo en los entornos urbanos, debía escuchar lo que tenían que decir.
Con esta curiosidad en mente, me sumergí en el mundo de n’undo con la excusa de su último libro: No hacer, rehacer, deshacer para construir ciudad. Pero ¿qué significa esto en la práctica? ¿Cómo se puede plantear el urbanismo desde la eliminación de excesos y la búsqueda de soluciones verdaderamente sostenibles? En esta entrevista, n’undo nos explica su metodología, sus principios y los desafíos de comunicar una visión tan disruptiva en un mundo acostumbrado a "hacer" constantemente.
n'undo confirma que su propuesta no solo es teórica, sino que ya ha dado frutos en proyectos concretos. Es una conversación que invita a reflexionar sobre lo que realmente significa construir un futuro mejor para nuestras ciudades.
¿Quién es n’undo? Me costó bastante descubrir quién era n’undo hasta que encontré un CV en alguna parte de la página web. ¿Es a propósito que sea difícil ver quiénes son?
Completamente, sí, a propósito. n’undo es una actitud, una propuesta, más allá de que sea una persona o un grupo de personas, aunque, por supuesto, está hecho por personas pero, en la medida de lo posible, intentamos no personalizar. No ocultamos quiénes somos, pero me alegro de que te haya costado encontrar quién era n’undo. Lo que queremos es que se entienda y que llegue a la gente como un movimiento, una propuesta, más que como un grupo de personas.
¿Qué significa n’undo?
¿La palabra o el concepto? La palabra es inventada. Contiene undo –deshacer, en inglés– acompañado de un apóstrofe que se utiliza para acortar. La N en inglés es corto para and –y, en inglés– y en francés es no. Es un juego de palabras.
Es una palabra que se puede declinar, ¿no? Estoy nundeando. Y nos gusta decir que somos miembros de n’undo o que hablamos en representación de n’undo. n’undo pasa de sustantivo a verbo según los intereses.
¿n’undo partió de un grupo de arquitectos?
Sí, sí, el núcleo duro somos arquitectos urbanistas, que trabajamos en ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo. Pero, por la propia salud del grupo y de los proyectos, se incorporan profesionales de profesionales de otras disciplinas para intentar ser lo más diversos posible.
El libro que estáis lanzando, No hacer, rehacer, deshacer para construir ciudad, ¿nació antes o después de los proyectos de planeamiento urbano?
Hay un hilo temporal en nuestra actividad y tiene que ver con los libros también, porque este es el cuarto libro que publicamos. Empezamos en 2011 con una actitud muy activista con un manifiesto. En 2017, publicamos el libro Desde la resta, un libro que contenía solamente la base teórica y que nos servía de base para discutir, en el que pusimos por escrito todas las ideas más allá del manifiesto.
Publicamos dos libros más, uno de unos talleres en Lanzarote y otro de unas jornadas en La Casa Encendida de Madrid. Este libro de 2024 es el resultado de que eso que creíamos que era posible hacer, podemos decir que ya lo hemos hecho.
Tenemos ejemplos que demuestran que lo que en 2011 era un manifiesto y en 2017 una teoría, en 2024 es un hecho.
En este tiempo, hemos ido desarrollando la herramienta que llamamos el plan n’undo. Se trata de una metodología para la toma de decisiones en urbanismo, que hemos ido implementando y mejorando con cada nuevo proyecto. Está basada, además, en herramientas del mundo humanitario, como el marco lógico, la teoría del cambio o el ciclo de riesgos de proyectos.
Aplicamos esta herramienta en cada proyecto. En Manilva, nos pidieron hacer la agenda urbana, así que utilizamos este sistema para crear el Plan n'2030 #Manilva, que en el 2023 recibió el Premio Español de Urbanismo del CSCAE. Por otra parte, la herramienta en sí misma, no aplicada, ha recibido varios premios de la Unión Europea y está certificada como de buenas prácticas en urbanismo.
En definitiva, la herramienta sigue su camino y cada vez que podemos la aplicamos: los proyectos son maneras de confirmar que nuestra teoría y nuestras herramientas funcionan. Ese premio del CSCAE sirve para, una vez más, validar la herramienta, y el libro explica la metodología con el ejemplo del plan de Manilva y con el ejemplo del plan de vacíos de Málaga.
Es interesante que, independiente de los proyectos, n’undo conserve muchos momentos de reflexión teórica.
Sí, claro. Lo que más tenemos es reflexión, discusión y debate. Aunque la herramienta y la manera de hacer están cada vez más claras y estructuradas, cuando nos enfrentamos a un nuevo proyecto revisamos planteamientos y posicionamientos según cada problemática.
¿Qué significa construir la ciudad del futuro no haciendo, rehaciendo, deshaciendo?
Esa es la gran pregunta, ¿no? Nos hemos dado cuenta de que nos da exactamente igual como sean las ciudades a nivel formal, no es necesaria una imagen de cómo tienen que ser: lo que queremos es futuro para nuestras ciudades.
Hemos encontrado y demostrado que, antes de seguir haciendo, es necesario ver qué no hay que hacer, qué hay que rehacer o qué hay que deshacer. Esa es la valoración que hacemos: analizar la ciudad desde ese punto de vista. Empezar con esas preguntas nos ofrece un montón de soluciones alternativas nuevas a los problemas de siempre.
Cuando intervenimos en el espacio público, estamos acostumbrados a buscar qué hace falta. Nuestro trabajo se basa en preguntar, por ejemplo, qué hace falta quitar. Es la esencia del mundo: cambiar los ojos para mirar y darnos cuenta de que las ciudades, los espacios que habitamos, se pueden mejorar simplemente eliminando, deshaciendo o no haciendo. En muchísimas ocasiones, no hace falta construir más.
Por eso nuestro discurso es distinto y las soluciones que salen de nuestra oficina técnica son diferentes.
El planeamiento urbano que plantea n’undo, como otros en España, consiste en una investigación del lugar, un diagnóstico y unas propuestas específicas. La diferencia, notablemente, es la metodología.
Sí, es una metodología muy sencilla que permite señalar oportunidades y problemáticas y componer un diagnóstico. Cambiamos el formato de las propuestas: es flexible, no existe un plano urbano final, una foto fija. Las propuestas están desgranadas, categorizadas, interrelacionadas y codificadas con indicadores.
Intentamos que sea un proceso científico –no un impulso artístico– argumentado con una estrategia que permite desarrollar un cronograma de propuestas. Marcamos claramente las propuestas que se pueden hacer cada año, y las jerarquizamos según los costes, el impacto y el tiempo de ejecución.
En definitiva, ofrecemos una herramienta para tomar decisiones y no damos una foto fija final. De hecho, este es uno de nuestros problemas: no desarrollamos planos o renders de lo que proponemos sino que exponemos por escrito lo que hay que hacer.
¿Cómo es la aceptación de este planeamiento sin dibujos por parte de los políticos?
Tenemos muchas anécdotas relacionadas con esto. Es cierto que cuesta mucho vender un proyecto sin imagen o un espacio que no se inaugura. Por ejemplo, uno de los proyectos más ambiciosos que hemos hecho es el plan de intervención en la estación de Atocha de Madrid. Está en proceso pero, como se eliminan elementos, no hay fotos de la obra. Nadie inaugura la eliminación de piezas.
Por eso, es claro que cuando alguien contrata o escucha el discurso de n’undo, lo entiende y decide ir adelante con nosotros. Nos pasó en Kalmar, en Suecia, que ganamos un EuroPan (2013-2014) argumentando, con datos técnicos, por qué no se debían construir las 1.800 viviendas que requería el concurso. Pedían construir en un humedal que se congelaba en invierno y se inundaba en verano. Presentamos una alternativa: densificar la zona urbana existente. El alcalde nos preguntó directamente: ¿cómo explicamos a los habitantes que el proyecto de las 1.800 viviendas no se va a hacer en este sitio? ¿Cuál es la foto de la propuesta? ¡La foto es el humedal!
¿En qué está ahora n’undo?
Estamos acabando el año, estamos intentando sacar adelante un curso específico de n’undo en la Universidad de Málaga. Y tenemos varios proyectos en proceso: en Manilva, por ejemplo, estamos buscando ejecutar algunos proyectos del plan. Siempre estamos escribiendo. Estamos promocionando este cuarto libro y vamos a por la versión en inglés.