Arquitectura hospitalaria en estado de alarma

Antonio La Gioia
27. marzo 2020
Uno de los pabellones de la Feria de Madrid preparado para acojer enfermos de Covid-19. Foto: EFE/Comunidad De Madrid

Las infraestructuras sanitarias existentes en todos los países se están enfrentando a una dramática situación de emergencia a la que no parecen estar dando una respuesta adecuada. Hace pocas semanas, cuando desde España la emergencia nos parecía algo lejano que no nos iba a interesar, mirábamos con cierto estupor el levantamiento en tan solo diez días de un hospital en Wuhan. Hoy ya estamos viendo en Europa una carrera contrarreloj para acondicionar hospitales en recintos feriales, hoteles, polideportivos o naves industriales.

Mario Corea (Mario Corea Arquitectura SPL) destaca que “En nuestros más de 40 años como especialistas en arquitectura sanitaria nos hemos enfrentado a retos de diseño de diferentes escalas tanto en el sector público como privado, sin embargo, es cierto, que ha habido una cierta imprevisión en la programación de servicios de emergencia. En algunos casos, como en los hospitales de Latinoamérica, se incluye en el programa un porcentaje de área libre dentro del terreno para ser usada en caso de emergencia (mayormente desastres naturales) pero sin llegar al planteamiento final de diseño y equipamiento.

Sobre estas prácticas ya realizadas en estas mismas partes del mundo Pinearq añaden: “Tenemos experiencia en el diseño de hospitales en Latinoamérica y El Caribe, donde las condiciones sanitarias son extremas y siempre en el límite. En estas zonas del mundo, la PAHO (Pan American Health Organization) tiene el programa Smart Hospitals (sostenibles y seguros) con directrices para que el hospital responda a una situación de emergencia por desastre natural. La pandemia no es un desastre natural pero sus consecuencias son muy parecidas por lo que este documento es una buena referencia. Como ejemplos: garantizar los suministros básicos, recintos polivalentes (toma de gases en salas de espera), espacios diáfanos preparados para atender avalanchas de personas que llegan a protegerse, etc.”

El concepto de espacios diáfanos y polivalentes resulta ser de fundamental importancia también por Casa Solo: “La mayoría de los hospitales de referencia de Cataluña tienen estructuras hospitalarias anteriores a los años 70. Constan de numerosos pilares, luces pequeñas, poca altura entre forjados y en muchos casos vigas descolgadas. Esto hace que estos edificios sean poco flexibles y cuenten con dificultades en los cambios de uso, por lo que pueden responder mal ante un desafío como el actual. Las nuevas necesidades de espacio e instalaciones no suelen ser compatibles, y es difícil encajar en su interior nuevas áreas diáfanas y flexibles, de manera que puede ser complicado la reconversión en un hospital tecnológico actual. Un hospital moderno, como ya planteamos desde CASA SOLO, debe ser un contenedor con grandes luces y una altura de planta considerable, con estructuras pretensadas sin descuelgues que den mucha flexibilidad en el cambio de uso posterior”.

Cuestión esencial es como ampliar la capacidad de acogida en casos de emergencia. Para Pinearq No estamos hablando de incrementar las superficies de los hospitales, de hacerlos más grandes, para que luego se queden vacíos y sin uso: estamos hablando de que los espacios sean más flexibles, más versátiles, que las zonas públicas cuenten con dotación médica, que las dimensiones de los espacios sean generosas, no mínimas, para que tengan más capacidad en caso de necesidad en situación crítica, etc. Igualmente es muy importante incluir lo que venimos haciendo en la mayoría de hospitales modernos que es prever, ya en fase de estudios previos, espacio para el futuro crecimiento de los hospitales (que bien podría ser también espacio para el uso en caso de pandemias).”

Lo mismo opina Felipe Pich-Aguilera (PICHARCHITECTS-Pich-Aguilera) que prevé una futura transformación en nuestros hospitales a raíz de la situación que estamos viviendo: “Desde el punto de vista funcional, creo que los espacios tenderán a ser menos especializados, mas híbridos, de forma que puedan llegar a cualificarse  mediante mobiliario o equipamiento efímero, que será cada vez más tecnológico. El hospital pasará a ser más y más una infraestructura eficaz, genérica y muy versátil, en cuyo interior podrán instalarse  usos  específicos y cambiantes.”

También en el resto de Europa los hospitales podrían prever la posibilidad de su rápida ampliación en sus espacios exteriores, tal como plantea Casa Solo: “Nunca lo habíamos planteado al vivir en la seguridad del Primer Mundo, pero quizá haya que pensar en dejar espacios exteriores amplios para que, en caso de emergencia, podamos disponer del espacio necesario para un hospital de campaña. Estos espacios también son útiles para futuras ampliaciones, si ya contempladas en la concepción del edificio y su plan director de crecimiento.

Ampliaciones que, para Pinearq, son clave que “estén cerca de los hospitales que es donde están los recursos, humanos y médicos, para el tratamiento, y se puede actuar de forma más rápida. Las soluciones de hospitales de emergencia, como los más rápidos tipo de campaña, modulares o inflables, o ubicar camas en naves o polideportivos cerrados, funcionan mejor si están al lado de los hospitales.

Sobre el concepto de ampliación y con especial referencia a la particular exigencia de aislamiento a la que la epidemia de Covid-19 obliga, es interesante la consideración de Felipe Pich-Aguilera sobre el hecho de que “la actual situación de confinamiento difumina los límites propios de lo que normalmente consideramos como “recinto hospitalario”, porque la población permanece en sus casas bajo estrictas normas sanitarias. De algún modo, hoy por hoy nuestras viviendas forman parte estructural de la red hospitalaria, sacando presión sobre sus nodos para evitar que colapsen.” Hay casos de “pacientes que abandonan el hospital antes de ser dados de alta y eso tiene que ver con la idea de que consideran ya su propia casa como parte del sistema de salud.

Además de estas básicas cuestiones cuantitativas que la emergencia actual está evidenciando, hay otras cualitativas, igualmente importantes, sobre las que hay que reflexionar.

Joan Llongueras Mestres (Llongueras Clotet Arquitectes): “Como podemos ver en estos momentos, parece que la base de los hospitales es la creación de espacios altamente tecnificados, pues lo podemos observar con la creación de gran número de camas de Unidades de Curas Intensivas, indispensables para la curación de la patología que estamos padeciendo, pero por la rapidez y urgencia con la que se han creado, son espacios que carecen de la parte más humana de nuestra sociedad, que es el confort de los espacios, elemento tan necesario para nuestra vida cuotidiana.” Y, con referencia a los espacios destinados a los acompañantes de los enfermos: “es cierto que en las circunstancias que estamos viviendo ahora actualmente, todos estos espacios, al igual que las salas de espera convencionales, carecen un poco de sentido ya que en estos momentos en los hospitales el acceso a las familias está totalmente restringido por precaución de no causar más transmisiones entre las personas y empeorar la situación ya muy complicada.”

Casa Solo (estudio con enfoque age-friendly en el proyecto de hospitales) pone la atención sobre las problemáticas de las personas mayores, el colectivo más afectado por la epidemia: “Hay que tener en cuenta que muchas de ellas sufren pluripatologías, problemas crónicos o tienen demencia u otros problemas cognitivos. Esto hace que se deba ser mucho más sensible a su confort y a una posible desorientación. Hoy en día no debería haber excusa para poder dar la cercanía de los familiares en una situación como la actual, en la que no pueden realizar visitas por el estado de aislamiento. Hay multitud de opciones tecnológicas integradas para que el paciente pueda interactuar vía telemática con sus familiares de una manera segura.

Cuando salgamos de esta situación tan dramática toda la sociedad y los arquitectos estarán llamados a una profunda reflexión, que Mario Corea abre a una escala más amplia: “el equipamiento de la ciudad debería ser diseñado bajo las premisas de orden, universalidad, flexibilidad y seguridad. No sólo desde el punto de vista sanitario, sino en general. Es sumamente importante el enfoque multidisciplinario en el planeamiento de una ciudad, una estrecha colaboración entre las autoridades y expertos de distintos campos (urbanismo, arquitectura, medicina, educación, biología, demografía, etc.), es lo que hará posible que una ciudad pueda estar preparada para controlar una emergencia de cualquier orden.

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