Arquitectura moderna al lado del Coliseo

La comisión del premio ha otorgado, además, tres menciones especiales, dos de las cuales han ido a los grupos en los que figuraban los españoles Guillermo Vasquez Consuegra y Paredes Pedrosa Arquitectos.

El premio ha sido organizado por la Accademia Adrianea en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Roma en el marco de la Edición 15 del Piranesi Prix de Rome, el prestigioso concurso anual reservado a profesionales y estudiantes que investigan y actúan en el sector de la arquitectura y la arqueología para la puesta en valor y recualificación del patrimonio histórico.

Entre los galardonados de las pasadas ediciones se encuentran, entre otros, Rafael Moneo (Museo de Arte Romana, Merida), David Chipperfield (Neues Museum, Berlin), Peter Eisenman, Bernard Tshumi (Museo del Acrópolis de Atenas).

Debido a la importancia y complejidad del tema propuesto, ubicado en una de las áreas monumentales más importantes del mundo, la comisión ha ideado una fórmula de concurso inusual, que preveía la participación de un grupo interdisciplinar compuesto por una universidad y un estudio profesional. Han sido 18 los proyectos que han llegado a la fase final.

El concurso no tiene carácter oficial, si no que quiere aportar una contribución de elevado valor científico y cultural al debate sobre las intervenciones contemporáneas en sitios de gran importancia histórica. Por lo tanto, el hecho de que no se haya escogido un ganador no se tiene que interpretar en este caso como una falta de voluntad en la toma de decisiones, si no como la voluntad, por parte de la Accademia, de proporcionar a la administración pública tres posibles diferentes soluciones al tema planteado.

En la ciudad de Roma el debate sobre la relación entre la arquitectura contemporánea y la ciudad histórica sigue estando abierto desde hace décadas, desde el concurso para el Palazzo del Littorio del 1934 (ubicado en la misma zona de Via dei Fori Imperiali) hasta los intentos del ex alcalde Gianni Alemanno de derribar el edificio del Ara Pacis de Richard Meier. A día de hoy, este debate parece no haber encontrado todavía ninguna solución positiva para la ciudad que padece este inmovilismo conservador y se está convirtiendo en un museo cristalizado, cada vez más invivible para sus habitantes.