Adolf Loos llega a Barcelona

Andrea Pala
15. enero 2018
Adolf Loos. Espacios Privados. Museo del Disseny de Barcelona. | Foto: Andrea Pala
Adolf Loos. Espacios Privados. Museo del Disseny de Barcelona. | Foto: Andrea Pala

Loos revindicaba la función de la arquitectura de construir espacios vacíos y permanentemente inacabados, que se llenan de las vivencias de los habitantes. Se enfrentó a sus contemporáneos, que querían convertir la vida en arte, proponiendo una nueva cultura del vivir proyectada a la máxima confortabilidad y utilidad. Rechazaba el uso de los elementos decorativos, considerando la forma artística un obstáculo para poder avanzar hacia la modernidad. Afirmaba que “la casa tiene que gustar a todos, contrariamente a la obra de arte, que no tiene que complacer a nadie. La obra de arte es un asunto privado del artista. La casa no lo es”.

Adolf Loos. Espacios Privados. Museo del Disseny de Barcelona. | Foto: Andrea Pala
Adolf Loos. Espacios Privados. Museo del Disseny de Barcelona. | Foto: Andrea Pala

El recorrido empieza con un homenaje a Otto Wagner, considerado el promotor del tránsito del historicismo a la modernidad. En la siguiente sala el visitante se proyecta hacia otra época, la Viena del año 1900 revolucionada por la arquitectura de Loos. La muestra pone en escena un amplio repertorio de muebles ya existentes o diseñados por el propio arquitecto que, a partir de fotografías puestas como fondo, reconstruyen unos ambientes domésticos de aquel tiempo.

Adolf Loos. Espacios Privados. Museo del Disseny de Barcelona. | Foto: Andrea Pala

Así entramos en el Café Museum, llamado popularmente Cafè Nihilismus, que anticipa el ingreso a los espacios más íntimos de la casa. Aquí descubrimos la curiosa distinción de género de los espacios: las bibliotecas y los despachos son masculinos, mientras que las alcobas y los dormitorios son femeninos. El contraste se hace evidente mirando a través de la ventana abierta al dormitorio de la primera esposa del arquitecto. La muestra continúa enfocando la atención en la forma y función del mobiliario y concluye con una reflexión sobre la tradición y la modernidad: “El arquitecto es un albañil que sabe latín”, es decir, que el arquitecto no tiene que inventar nada, sino construir según la tradición y las mejoras técnicas de cada época.

La exposición permanecerá abierta al público en Barcelona hasta el 25 de febrero para luego ser trasladada al Caixa Forum de Madrid.

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