"Temple of the Deep": arquitectura, memoria y sanación en el corazón de Burning Man

Ana María Álvarez | 9. February 2025
Render de “Temple of the Deep” de Miguel Arraiz para Burning Man 2025. Imagen cortesía del autor.

Inspirado en las formaciones volcánicas del desierto de Black Rock (E.U.A.) –el lugar donde se celebra este evento–, este templo será el epicentro emocional del festival, un espacio donde los asistentes podrán reflexionar, dejar mensajes y formar parte de una catarsis colectiva que culminará con su quema el 31 de agosto.

El diseño de “Temple of the Deep” se basa en una narrativa visual y espacial que fusiona tradición y modernidad. Con 13 metros de altura y 32 de diámetro, su geometría está marcada por grietas doradas que evocan la técnica japonesa del kintsugi, una práctica que realza las fracturas como parte del proceso de sanación. Siete entradas guían a los visitantes a través de un recorrido que simboliza las etapas del duelo, hasta conducirlos a un espacio central de encuentro y conexión. La disposición del templo también alude al plano urbano de Black Rock City, con la intención de reforzar el concepto de comunidad que define al evento.

Concepto visual del proyecto. Imagen cortesía del autor.
Vista diurna del proyecto. Imagen cortesía del autor.

Este ambicioso proyecto es fruto de la colaboración entre un equipo internacional de arquitectos, diseñadores y artistas, con base en Valencia y en la bahía de San Francisco. En la parte conceptual y de desarrollo arquitectónico, destacan Javier Molinero, Javier Bono y Arqueha, quienes han trabajado junto a Josep Martí en la materialización del diseño. A ellos se suman Hernani Fernandez, Marta Marcos y Baltasar Otero, expertos en diseño estructural. En el ámbito visual, Yousef Eid-Masheh ha desarrollado representaciones CGI para comunicar la esencia del proyecto. El diseño de iluminación corre a cargo de Radiante Light Art Studio, mientras que el diseño sonoro está en manos de Banjo Soundscapes. La identidad gráfica es responsabilidad de Democracia Estudio con el apoyo de Fase Estudio, y las manos expertas de los artesanos falleros Manolo Martín y Manolo García participarán en la ejecución de los elementos centrales, un trabajo que captará el espíritu de las Fallas.

El proceso constructivo del “Temple of the Deep” se llevará a cabo en dos fases. La primera se desarrollará en la Bahía de San Francisco, donde un equipo de 400 voluntarios fabricará los componentes estructurales en un proceso que durará entre cuatro y cinco meses. Posteriormente, las piezas se transportarán al desierto de Black Rock, donde serán ensambladas en un período de 15 días por un equipo de 200 personas que trabajará en condiciones extremas para dar forma a la estructura final.

Vista externa del proyecto. Imagen cortesía del autor.
Vista de un acceso al templo. Imagen cortesía del autor.
Vista del interior del proyecto. Imagen cortesía del autor.

Desde el año 2000, los templos de Burning Man han sido espacios de introspección y despedida, donde los asistentes depositan recuerdos y reflexiones antes de que la estructura sea consumida por el fuego. Esta tradición, iniciada por el artista David Best, ha evolucionado con cada edición pero ha mantenido su esencia de transformación personal y colectiva. En este contexto, el “Temple of the Deep” se integra como un nuevo capítulo de esta historia con una reinterpretación del simbolismo de la ruina y la reconstrucción.

Para Miguel Arraiz, este proyecto representa la culminación de años de experimentación con la arquitectura efímera, un campo que ha explorado a través de su trayectoria en las Fallas de Valencia y su participación en el Burning Man de 2016 al colaborar con el proyecto “Renaixement”. Con “Temple of the Deep”, lleva su exploración un paso más allá al proponer un espacio donde la memoria, la pérdida y la sanación se entrelazan en una experiencia colectiva única. “Nos reunimos bajo una roca simbólica, con el corazón y el alma hechos pedazos”, explica Arraiz. “A través de la sanación comunitaria, estas cicatrices cuentan nuestra historia, transformando la pérdida en paz y conexión”.

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