Viviendas post-pandemia, viviendas post-ordenanzas

Ekain Jiménez Valencia
16. Dezember 2020
Viviendas sociales en Gavà, Barcelona | Imagen: HARQUITECTES 

HARQUITECTES venía desarrollando, ya antes de la pandemia, un edificio de viviendas en Gavà (Barcelona), y cuya obra está actualmente en proceso. Se trata de un conjunto de 136 viviendas, locales y garajes que se desarrollan en varios bloques de 4 alturas entre los que se implanta una zona ajardinada. 

Todas las plantas respetan estrictamente la volumetría general. La planta baja y las altas se desarrollan en dos tipologías diferentes. En las plantas tipo -las altas-, cada volumen se conforma por dos tiras exteriores de viviendas y un patio de luces central, longitudinal. 

Planta tipo. Viviendas sociales en Gavà, Barcelona | Imagen: HARQUITECTES 

Comprobamos con qué sencillez operan los arquitectos: las piezas de las viviendas se ponen en fila. En sentido longitudinal tenemos unas tiras de piezas que conforman las viviendas, de dos o tres dormitorios, que también se enfilan. Transversalmente, las viviendas se ‘protegen’ con dos franjas más estrechas: hacia el patio, piezas de servicio (armario de instalaciones, baño, y pasillo-galería). Hacia el exterior: un balcón corrido.

A la idea sencilla de enfilar las piezas se le superpone la idea transversal de las dos franjas. La casa se ve cualificada y completada por estos espacios. 

Viviendas sociales en Gavà, Barcelona | Imagen: HARQUITECTES 
Planta tipo vivienda de 3 dormitorios. Viviendas sociales en Gavà, Barcelona | Imagen: HARQUITECTES 

El pasillo se ha ensanchado. Es un corredor / galería con el acceso al comienzo y el baño al final. Gracias a la generosidad de esa mayor anchura se convierte en una pieza funcional. Los arquitectos acaban de regalar una pieza extra, ambigua, que es acceso y distribuidor, pero también es estudio, oficina, zona de juegos, invernadero, biblioteca…, lo que se nos antoje. En el caso de la vivienda de tres dormitorios el corredor es más largo, lo que permite duplicar usos.

La concatenación en tiras se hace dotando de la misma superficie a cada pieza. Así, se rompe con la tradición, a menudo ilógica, de jerarquizar las piezas de la vivienda. Las medidas del dormitorio principal son justas pero suficientes. Los dormitorios secundarios (ya no los podemos llamar así) aumentan ligeramente su superficie: los hijos tienen más espacio para estudiar, jugar o recibir amigos. La cocina aumenta sensiblemente su tamaño: cabe una gran mesa, como hace décadas, cuando la vida se hacía en la cocina. La sala, esta sí, reduce su tamaño. No se trata de redefinir las superficies, sino de igualar las piezas para que sea el usuario el que defina sus usos. La vivienda de tres dormitorios + sala + cocina ha pasado a ser un contenedor de seis piezas. Hay camas dibujadas porque algo había que grafiar, pero son estancias neutras, vacías: Cada cual verá cómo usarlas. El usuario cuenta a partir de ahora con la libertad de fijar los usos y cambiarlos con el paso del tiempo.

Planta baja. Viviendas sociales en Gavà, Barcelona | Imagen: HARQUITECTES 

Las viviendas de las plantas altas, con la eliminación de las jerarquías, nos han servido para explicar el carácter post-pandémico de las viviendas. Vayamos a la planta baja para hablar de las ordenanzas municipales. Sin analizarlas detalladamente se constata que todas incumplen muchas de las ordenanzas de edificación: En algunas viviendas se accede al baño a través de la cocina. Existen habitaciones-alcoba. El acceso a algunos dormitorios es a través de la cocina, ubicada en una zona de paso. Entre el aseo y el estar media solamente una puerta. En cuanto a los materiales, los levantes se ejecutan en ladrillo -bruto o pintado-, más duradero que el enlucido de yeso y que ofrece además unas cualidades hápticas fantásticas. En muchos sitios esto estaría prohibido: obligan a revestir las fábricas… 

Viviendas sociales en Gavà, Barcelona | Imagen: HARQUITECTES 

Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Son viviendas implanteables? Al contrario: son las actuales ordenanzas las que están desfasadas. Unas ordenanzas en las que casos de éxito no tienen cabida, son unas ordenanzas fallidas. Tenemos unas ordenanzas afines a las necesidades de hace 60 años. Dicho de otro modo: los arquitectos estamos prestando un servicio de resolución de problemas habitacionales con instrumentos normativos desactualizados, con ordenanzas que no nos sirven para nada, con reglas que suponen un impedimento para el desarrollo del habitar contemporáneo.

Estamos desarrollando viviendas tradicionales. Estamos comprando viviendas con distribuciones desactualizadas. Y estamos habitando casas que no funcionan.

Este proyecto ha sido resuelto de una manera brillante, considerando un tipo de uso doméstico post-COVID, y rompiendo barreras normativas tan habituales. Sin ser perfecto (es un proyecto con renuncias), conviene subrayar cómo con pocas pautas se ha resuelto el programa. Y se ha hecho reconsiderando aspectos fundamentales del habitar.

Viviendas sociales en Gavà, Barcelona | Imagen: HARQUITECTES 

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