Fuente de vida

Susanna Koeberle
25. de novembre 2017
El proyecto ganador va más allá de una mera gestión del agua. Imagen: Premios LafargeHolcim

La palabra gestión sugiere de inmediato algo técnico y abstracto. Por ello, cuando en nuestro encuentro Loreta Castro Reguera, ganadora (oro) de los Premios LafargeHolcim 2017 Latinoamérica, describe modestamente su proyecto de gestión del agua, a primera vista poco tiene que ver con la arquitectura o el urbanismo. Pero no es así. La joven arquitecta ha desarrollado junto con su colega Manuel Perló Cohen de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) un concepto de gestión del agua concerniente al espacio público. En una favela de la metrópolis de 22 millones de habitantes esto no puede equipararse a hermosas zonas verdes, sino que debe ser, ante todo, un lugar de resiliencia, como observa Castro. El diseño urbano puede contribuir significativamente a mejorar las condiciones de vida de la población pobre.

​Para explicar la importancia del agua va más allá y cuenta la historia de la ciudad como una historia del agua. Ciudad de México se construyó de hecho sobre lagos y pantanos. Un elaborado sistema de canales, que ya existía en tiempos precolombinos, regulaba el flujo de agua. Sin embargo, este sistema y la propia ciudad fueron destruidos por los españoles en el siglo XVI -lo que como se vio después no fue una buena idea. Tras años de inundaciones, los conquistadores españoles decidieron construir un túnel que debería drenar el agua. La construcción llevó varios años y resultó ser un fracaso. He aquí una breve versión de la historia. «Desde entonces esta ciudad sufre la paradoja del agua», explica Castro. Porque la ciudad puede compararse a una esponja que rebosa o se seca. Su proyecto es un enfoque para resolver este problema. 

El agua todavía sigue allí, pero no es visible. Aquí es donde entra la Hydropuncture, como también señala el proyecto ganador. Se basa en vincular el tema de la infraestructura del agua al espacio público en las zonas desfavorecidas. Los pozos han sido importantes puntos de encuentro en todas las culturas. Los pozos y cuencas diseñados son, por una parte, un elemento de diseño y, por otra, permiten el almacenamiento de agua. El diseño integral también incluye parques. Ambos iniciadores lograron convencer al gobierno local de los beneficios de su idea. De este modo, pudieron llevar a cabo un proyecto piloto hace cinco años. Los terremotos actuales ya han mostrado que la calidad del espacio público de una ciudad y su tejido urbano son decisivos para la calidad de vida.
 

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